Teeteto 163

Teetetes. Seríamos en tal caso, tú, Sócrates, y yo, muy injustos.

Sócrates. ¿Luego, es preciso, según lo que Teodoro y tú manifestáis, que sigamos otro rumbo?

Teetetes. Sin duda.

Sócrates. Veamos de qué manera os voy a hacer ver si la ciencia y la sensación son una misma cosa o dos cosas diferentes; es a lo que tiende, en definitiva, toda esta discusión, y, en este concepto, hemos promovido todas estas cuestiones espinosas. ¿No es verdad?

Teetetes. Seguramente.

Sócrates. ¿Admitiremos que, al mismo tiempo que experimentamos la sensación de un objeto por la vista o por el oído, adquirimos igualmente la ciencia? Por ejemplo, antes de haber aprendido la lengua de los bárbaros, ¿diremos que, cuando ellos hablan, nosotros no los entendemos, o que los entendemos, y comprendemos lo que dicen? ¿En igual forma, si no sabiendo leer, echamos una mirada sobre las tetras, aseguraremos que no las vemos o que las vemos y que tenemos conocimiento de ellas?

Teetetes. Diremos, Sócrates, que sabemos lo que vemos y entendemos; en cuanto a las letras, que vemos y conocemos su figura y su color; en cuanto a los sonidos, que entendemos y conocemos lo que tienen de agudo o de grave; pero que no tenemos por la vista ni por el oído ninguna sensación ni conocimiento de lo que los gramáticas y los intérpretes enseñan en la escritura.

Sócrates. Muy bien, mi querido Teetetes, no quiero disputar sobre la respuesta, para que así te encuentres más firme. Pero, fija tu atención en una nueva dificultad que se presenta en primer término, y mira como la rebatiremos.

Teetetes. ¿Cuál es?

Sócrates. La siguiente. Si se nos preguntase. ¿es posible que lo que una vez se ha sabido, cuyo recuerdo se conserva, no se sepa en el acto mismo de acordarse de ello? Me parece que me valgo de un gran rodeo para preguntarte, si cuando se acuerda uno de lo que ha aprendido, en el mismo acto no lo sabe.

Teetetes. ¿Cómo no lo ha de saber?, Sócrates. Sería una cosa prodigiosa que no lo supiera.

Sócrates. ¿No sabré yo mismo lo que digo? Examínalo bien. ¿No convienes en que ver es sentir, y que la visión es una sensación?

Teetetes. Sí.

Sócrates. EI que ha visto una cosa, ¿no adquirió, desde aquel momento, la ciencia de lo que vio, según el sistema de que estamos hablando?

Teetetes. Sí.

Sócrates. Pero, ¡qué!, ¿no admites lo que se llama memoria?

Teetetes. Sí.

Sócrates. La memoria, ¿tiene un objeto o no lo tiene?

Teetetes. Lo tiene, sin duda.

Sócrates. Seguramente, son su objeto las cosas que han sido aprendidas o sentidas.

Teetetes. Las mismas.

Sócrates. Mas aún, ¿no se acuerda uno, algunas veces, de lo que ha visto?

Teetetes. Sí.

Sócrates. ¿Y sucede lo mismo después de haber cerrado los ojos? ¿O bien si olvida la cosa desde el momento en que se cierran?

Teetetes. Sería absurdo decir eso, Sócrates.