Teeteto 192

Sócrates. He aquí lo que es preciso decir sobre esta materia, tomando las cosas desde su principio. Es imposible que lo que se sabe, cuya impresión se conserva en el alma y que no se siente actualmente, imaginemos que es otra cosa que se sabe; cuya impresión se tiene también y que no se siente; y asimismo que aquello que se sabe es otra cosa que no se sabe y de la que no se tiene impresión; y también que aquello que no se sabe es otra cosa que tampoco se sabe; y aquello que se siente otra cosa que también se siente; y aquello que se siente, otra cosa que no se siente; y aquello que no se siente, otra cosa que tampoco se siente; y aquello que no se siente, otra cosa que se siente. Es aún más imposible, si cabe, figurarse que lo que se sabe y se siente, cuya impresión tenemos en el alma por la sensación, es alguna otra cosa que se sabe y que se siente, y cuya impresión tenemos igualmente por la sensación. Es igualmente imposible que aquello que se sabe, aquello que se siente, cuya imagen conservamos grabada en la memoria, imaginemos que es alguna otra cosa que se sabe; y también que aquello que se sabe, que se siente y cuyo recuerdo se guarda, es otra cosa que se siente; y que aquello que no se sabe, ni se siente, es otra cosa que no se sabe, ni se siente igualmente; y aquello que no se sabe ni se siente, otra cosa que no se sabe; y aquello que no se sabe ni se siente, otra cosa que no se siente. Es de toda imposibilidad que en todos estos casos se forme un juicio falso. Si el juicio, pues, tiene lugar en alguna parte, será en los casos siguientes.

Teetetes. ¿En qué casos? Quizá comprenderé mejor, por este medio, lo que dices, porque en lo anterior apenas he podido seguirte.

Sócrates. En éstos. Con relación a aquello que se sabe, cuando imaginamos que es alguna otra cosa que se sabe y que se siente, o que no se sabe, pero que se siente; o con relación a lo que se sabe y se siente cuando se toma por otra cosa que se sabe e igualmente se siente.

Teetetes. Ahora te comprendo mejor que antes.

Sócrates. Escucha lo mismo con más claridad. ¿No es cierto que, conociendo a Teodoro, y teniendo en mí el recuerdo de su figura, y conociendo lo mismo a Teetetes, unas veces los veo, otras no los veo, tan pronto los toco como no los toco, los oigo y experimento otras sensaciones con ocasión de ellos? ¿O bien no tengo absolutamente ninguna, pero no por eso dejo de acordarme de ellos y de tener conciencia de este recuerdo?

Teetetes. Convengo en ello.

Sócrates. De todo lo que quiero explicarte, concibe, por lo pronto, lo siguiente. que es posible que no se sienta lo que se sabe e igualmente que se sienta.

Teetetes. Es cierto.

Sócrates.¿No sucede igualmente respecto de lo que no se sabe, que muchas veces no se siente y muchas veces se siente y nada más?

Teetetes. También es cierto.

Sócrates. Ahora, mira si te será más fácil seguirme. Sócrates conoce a Teodoro y a Teetetes, pero no ve ni al uno ni al otro, no tiene ninguna otra sensación respecto de ellos. En este caso, nunca formará, en sí mismo, este juicio. que Teetetes es Teodoro. ¿Tengo razón o no?

Teetetes. Tienes razón.

Sócrates. Tal es el primer caso de que he hablado.

Teetetes. En efecto, es el primero.