30. Hemos admitido la memoria como un hecho extraordinario en la vida de los astros; pero, no obstante, hemos concedido a éstos la sensación, y entre otros los sentidos de la vista y del oído, puesto que decíamos que escuchaban las súplicas que dirigimos al sol o las que otros hombres dirigen a los astros. Existe la creencia de que muchas cosas se cumplen por los astros y, gracias a ellos, con suma facilidad. Y, hasta tal punto, que no sólo nos ayudan en las empresas justas sino también en muchas de las que son injustas. Son todas éstas cuestiones que salen al paso y que conviene considerar. Porque conocemos bien las grandes y renombradas dificultades de los que toman a mal que los dioses se conviertan en auxiliares e incluso en autores de acciones torpes y, sobre todo, que cooperen a nuestros amores y a nuestros desenfrenos, examinamos ahora todas estas cosas y de modo especial la cuestión ya planteada al principio, que concierne a la memoria de los dioses.
Porque está claro, en efecto, que si los dioses atienden nuestras súplicas, no desde luego de manera inmediata sino en un plazo breve y aún a veces dilatado, poseen el recuerdo de las rogativas de los hombres. Es eso lo que ocurre con los beneficios que nos otorgan Demeter y Hestia, salvo que se diga que solo la tierra procura tales beneficios. Dos cosas, pues, hemos de tratar de mostrar: primeramente como situaremos en los astros la función de la memoria, dificultad que, realmente, existe tan solo para nosotros y no para el resto de los mortales, que no tienen inconvenientes en concederles el recuerdo; en segundo lugar, habrá que considerar también esas acciones que parecen inauditas, acciones que la filosofía debe investigar, ofreciendo una lógica defensa frente a las dificultades esgrimidas contra los dioses que se encuentran en el cielo. La acusación, en este sentido, se extiende verdaderamente a todo el universo, si hemos de creer a los que dicen que el cielo todo puede ser hechizado por las artes más audaces de los hombres. Convendrá examinar también todo lo que se dice acerca de los demonios, y especialmente sobre los servicios que nos prestan, si es que esta cuestión no ha quedado ya resuelta en las páginas precedentes.