Platão (Menon) – Personagens e Arquétipos

2. Personajes y arquetipos

Intervienen en el diálogo, además de Sócrates, otros tres personajes: Menón, un servidor de Menón, un esclavo sin duda, y Ánito.

Menón es un joven de Tesalia, hermoso y rico, de ilustre familia, con cierto interés por la filosofía y discípulo o admirador de Gorgias. Su estancia en Atenas es circunstancial – se aloja entonces en casa de Ánito –, y por Jenofonte sabemos que muy poco tiempo después, en el 401 a. C., se hallaba en Colosas, en Asia Menor, al frente de mil hoplitas y quinientos peltastas, formando parte de la expedición de Ciro (I 2, 6). Un año después murió, castigado, a manos del Gran Rey (II 6, 29).

Ánito es un rico ateniense, dirigente del grupo político democrático. Fue estratego en el 409, y, adversario de los Treinta Tiranos, se convirtió, junto a Trasibulo, en uno de los restauradores de la democracia en Atenas. Apoyó, como se sabe, la acusación contra Sócrates en el 399. Platón no está interesado particularmente en ellos ––ni en el anónimo esclavo––, sino simplemente los maneja como arquetipos: el del joven y prometedor aristócrata y el del adulto e influyente demócrata. «Ánito – dice Koyré – representa el conformismo social en todo su horror; Menón, al intelectual emancipado.» Ambos coinciden en una concepción más político-social que moral de la virtud y ambos revelan la misma limitación en reconocer la necesidad de fundar la política en el conocimiento o el saber. Poco importa que uno sea admirador de un sofistaGorgias – y el otro los rechace apasionadamente a todos: en el fondo comparten las concepciones de ellos, tal vez sin saberlo. Lo único que, en todo caso, los diferencia es la actitud: bastante más dúctil la del primero, a pesar de cierta impetuosidad; absolutamente anquilosada e intransitable la del segundo. En cuanto a su formación, el contraste con la rousseauniana ingenuidad y disposición del primitivo esclavo de Menón lo dice todo.