Vieillard-Baron: Hegel e Platão

El interés de estudiar las lecciones de Hegel sobre Platón no está solamente ligado al valor intrínseco de estas dos filosofías. Al comprender cómo Hegel lee e interpreta a Platón, podemos comprender lo que es una lectura filosófica, cómo se constituye la filosofía hegeliana y en particular la concepción hegeliana de la dialéctica. Las lecciones de Hegel sobre Platón ponen en juego toda la dimensión hermenéutica de la filosofía contemporánea, así como el alcance de la metafísica hegeliana.

Para Hegel, en Grecia, el filósofo está en casa. Platón y Aristóteles son los padres de la verdadera filosofía (lo que no se puede decir de Descartes ni de Kant). Para Hegel, la lectura de Platón, muy precoz, bajo el impulso de Holderlin, su camarada en el Stift de Tübingen, excelente helenista y entusiasta de la Antigua Grecia, fue una experiencia decisiva.

En efecto, la reflexión sobre los aspectos de la negación en el Sofista de Platón, el me on y el ouk on, fue lo que permitió la emergencia de la dialéctica. Platón y Jacob Bohme son las dos fuentes fundamentales de la filosofía hegeliana, a condición de bien comprender que Hegel no reproduce nada servilmente, sino que interpreta de manera creativa. De Platón, extrae los conceptos principales, del Mismo, del Otro, de la reunificación y de la Idea ella misma. De Bohme, extrae la concepción del mundo del espíritu y en particular la reflexión sobre la muerte de Cristo, sobre la Trinidad, que Hegel comprende dentro de la interioridad espiritual. Por supuesto que es Hegel mismo quien tiene una Idea original de la filosofía, como la “Razón que se sabe” dividiéndose en espíritu y naturaleza (§577 de la Enciclopedia de 1830). La conciencia de sí del Espíritu absoluto (arte-religión-filosofía) es una idea propia de Hegel; sin embargo, la reflexión hegeliana sobre la vida y sobre la religión no puede ser comprendida sin la referencia a Platón y al cristianismo. Lo negativo es explorado en términos lógicos por Platón (Sofista y Parménides), y en términos de existencia singular por San Pablo y los Evangelios (la muerte de Cristo como dolor infinito, y la resurrección en Espíritu). La vida es comprendida por Platón como un atributo positivo que no se puede negar al ser, y por Aristóteles como una propiedad de Dios concebido como pensamiento del pensamiento; Hegel superpone a este concepto abstracto de la vida lo que viene del cristianismo, a saber una vida espiritual y una eternidad dinámica.